El oficio de asistir procesos ​PSI​COCORPORALES

Enfoque humanista de acogimiento ​incondicional y sin juicios. El objetivo será ​profundizar en el origen y causa de tu malestar.

¿Cómo?

Aumento de la toma de conciencia:

Comprende qué te está pasando.

Averigua cuáles son los nudos y bloqueos que ​interrumpen tu fluidez.

Esclarece qué necesitas y cómo lo necesitas. ​Aprende a alinear cuerpo, emoción y mente.

Trabajo con el cuerpo:

Regular el sistema nervioso y actualizar las ​memorias corporales del trauma. Recuperar el ​flujo natural de la experiencia y la amplitud de ​respuestas para volver a vivir con soltura y ​libertad.

Autoaceptación amorosa y compasiva:

Desarrollar un trato amable, acogedor y ​respetuoso contigo.

En un entorno seguro y cálido donde sentirte capaz de compartir y ser tú mismo/a.

Terapia individual adultos

1 hora - 60 €

Raquel es de esas personas que afortunadamente aparecen en tu vida, sólo y justo cuando la necesitas. En mi caso fue así. Siempre pude contar con ella en los momentos más críticos. Te deja pensar, que lleves tu proceso y siempre está ahí, para cuando sea el momento preciso necesario de volver a hablar. Gracias una vez más Raquel por tu dedicación.

Amparo Quereda

Empecé la terapia con Raquel para poder llevar la enfermedad de mi hermana, y tras su fallecimiento he seguido todo el proceso del duelo.

Raquel es una experta en terapias relacionadas con la enfermedad y el duelo y me ha ayudado y acompañado, con su profesionalidad y humanidad a sobrellevar este proceso tan duro, por lo que solo tengo palabras de agradecimiento.

Lola Colas

Raquel siento la necesidad de escribirte estas letras para a agradecerte todo lo que has hecho por mí porque eres una gran profesional y maravillosa persona. Cuando llegué a tu consulta había perdido a mi esposa que es lo que más quería en el mundo por ser una persona maravillosa. Me encontré en una oscuridad profunda sin saber salir de ella pero tú me hiciste ver una luz que me llevó a conocer otros caminos para volver a vivir y conocer otra persona a la que quiero mucho y sentir que el amor y el querer es lo más importante en mi vida por lo que toda mi vida te estaré inmensamente agradecido. Siempre te recordaré cómo mi ángel de la guarda gracias gracias gracias.

Juan Moya

Antes de conocer a Raquel, reconozco que yo era una persona bastante reacia a acudir a una consulta psicológica. Pensaba que ya sabía todo lo que tenían que decirme y que yo sola era capaz de afrontar cualquier dificultad. Desde luego, muchas personas somos capaces de afrontar los complicados retos que nos presenta la vida por nosotras mismas. Sin embargo, eso no significa que sea deseable pasar sola por todo. A veces nuestra mochila pesa lo inimaginable pero la llevamos con pretendida fortaleza porque no queremos repartir la carga entre amistades y familia. Descargué con Raquel toda mi mochila aquel primer día, y al siguiente, y a los que siguieron. A pesar de la intensidad y complejidad de mi situación en aquellos momentos, jamás mostró el más mínimo desgaste emocional –que estoy segura que lo tuvo– y se mantuvo con gran profesionalidad a mi lado, proponiéndome reflexiones y evitando juzgarme en todo momento. Le estoy muy agradecida por todo el tiempo que me dedicó. Me ayudó mucho cuando más lo necesitaba, pero también ahora me ayuda y me tranquiliza pensar que está ahí para cualquier otra etapa que no pueda o no quiera atravesar sola. Gracias, Raquel.

Lucía

Mi primer encuentro con Raquel fue en casa de mi hermano, tenía un

cáncer en fase terminal y habíamos conseguido llevarlo a su casa con

asistencia domiciliaria. Dentro de esa asistencia llego ella, como un ángel, hablando con unos, con otros, con su voz suave, como si estuviéramos en una biblioteca. Me llamó la atención que cogiese primero que nada a mi padre, el hombre duro que no necesita ayuda de nadie, allí estaba, descargando todo su dolor. Hablamos todos juntos, de nuestros miedos, de nuestras dudas "¿lo estoy haciendo bien? ¿qué más puedo hacer por ti?..." Todo eso que te abarca cuando alguien muy querido se te va y tú no puedes hacer nada por evitarlo. Nos dejó a todos un poco más reconfortados. Mi hermano murió a los pocos días. Ya no hubo oportunidad de otro encuentro. Pero justo un mes después a mi me detectan un tumor maligno en el muslo, un sarcoma. Comenzaba otra vez la batalla, operación, tratamiento... recuperación. Aguanté el tipo, hasta que al año volvió a salir un nódulo en el pulmón, metástasis. Aquí sí que me derrumbé. En la primera que pensé fue en Raquel, alguien me tenía que ayudar a salir a flote, fue llamarla y concertar una cita en la que hablé y lloré todo lo que no había hablado y llorado en mucho tiempo. Ella escuchaba y escuchaba, de vez en cuando me decía algo o me hacía alguna pregunta. Las siguientes sesiones fueron en la misma línea, yo mucho más relajada, pero igual, hablando. Los que me conocen saben que soy una persona poco habladora, pero allí me desataba.

Nunca había llevado una terapia psicológica, por lo tanto mi idea en este terreno era bastante diferente de lo que me encontré. Aquí las soluciones las buscas y las encuentras tú misma, Raquel únicamente guía tu discurso con preguntas y con algunas palabras, frases que han quedado en mi memoria y que alguna de ellas aun me repito como un mantra.

Es muy gratificante cuando la respuesta la encuentras tu misma, es como decir "¡ah, estabas ahí y no te había visto1". Te da seguridad, confianza, sabes que las soluciones las llevas tú puestas y solo necesitas a alguien que te ayude a encontrarlas.

Rosa Pont

Hace 6 años cambio mi vida por una grave enfermedad A mi, al principio me costaba mucho que viniese el psicólogo y se me hacía un monte, entonces es cuando conocí a Raquel. Totalmente diferente a todos los psicólogos que había conocido. Siempre con una sonrisa en la cara, super simpática y muy agradable. Ella sabe que me costaba mucho abrirme y contarle cosas, con ella también he llorado mucho, pero no lo sentía igual. Por lo menos cuando llegaba el día de que viniese era una alegría y en ningún momento pensé en dejarla. Gracias Raquel.

Teresa Pérez

Raquel pasó de ser una profesional desconocida a una pieza clave en la familia. Demostró con su generosa cercanía que podíamos ser capaces, juntos, de aceptar y superar el duelo de la pérdida de Miguel. Recordaré siempre una de las conversaciones más especiales que tuve con mi padre semanas antes de que se marchara en la que ella estuvo presente.

No sólo me sentí acompañada durante el proceso por su ayuda desinteresada, si no que nuestro vínculo incentivó que creara un libro infantil como terapia y símbolo de unión a mi padre. Nunca olvidaré todo lo que marcó para nosotros y le estaré eternamente agradecida.

Nuestra relación nunca fue de psicóloga a cliente, si no de persona a persona y eso es admirable.

Raquel, gracias por enseñarme a confiar en mis posibilidades para superarme. Después de conocerte he aprendido a hacerlo de mejor manera.

Desiré Sirgado